11 de febrero de 2008

Los días pasan como experiencias nuevas, que vuelan siguiendo al tiempo, no te das cuenta, y pasan y pasan, y de pronto caes en la cuenta, de que están pasando los años a tu alrededor sin ni siquiera notarlo, y decides empezar a mirar hacia arriba...

pero no sabes porqué, ya es demasiado tarde, y cada vez son más las cosas que te impiden que lo hagas, cada vez hay más problemas, cada vez te envuelves más en tus sentimientos. hasta que acabas por sentirte inútil, te ves ahí, inerte ante situaciones que te ocurren, ante preocupaciones desfasadas. pero ya todo te da igual, no piensas, ni caminas, ni sonríes si quiera, tan sólo crees que algún día alguien llegará para levantarte. pero los días pasan y ese alguien ni llega ni piensa llegar... por que ese alguien no existe...

y te pasas la vida esperando, hasta que cierto día te sale esa típica expresión incrédula de "coño! yo puedo!" y descubres, que quizás sé que puedes, quizá simplemente debas mover tu barita mágica y pensar en todo lo que has hecho, y decidir qué quieres cambiar, con qué te quedas y con qué no, cómo te sientes, cómo quieres pensar y en qué quieres creer.

así que coges tu barita mágica, le das con un suave movimiento a tu cabeza y pronunciando unas palabras inteligibles, cierras este texto y empiezas a querer cambiar... y quién sabe! quizá mañana ya no escriba tonterías absurdas, sino preocupaciones responsables de tu vida, que intentan hacer lo posible por solucionarse. y es entonces cuando te das cuenta de que aquella barita mágica era aquel alguien, y que aquel alguien, eras únicamente tú.